A partir de ahora, para volar drones que pesen más de 250 gramos, es obligatorio obtener un certificado que demuestre un nivel mínimo de conocimientos sobre la operación segura de drones. Este certificado permite volar en diferentes categorías establecidas por la normativa.
Para volar en la categoría abierta, es necesario aprobar un examen de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que puede ser de Nivel 1 o Nivel 2, dependiendo del riesgo de la operación. Por otro lado, para volar en la categoría específica, se requiere superar el examen de AESA de Nivel 3.
Independientemente de la categoría en la que se opere, existen limitaciones generales que se aplican a todos los vuelos de drones en España. Estas incluyen mantener el dron siempre visible para el piloto, no superar los 120 metros de altura y respetar una distancia mínima de 8 km de cualquier aeropuerto o espacio aéreo controlado.
Además, es obligatorio contar con un seguro de responsabilidad civil, llevar una placa identificativa en el dron y respetar la privacidad de las personas que puedan ser captadas por la cámara del dron.
Aunque algunos puedan pensar que los drones más ligeros están exentos de regulación, esto no es así. Para estos drones, se aplican pautas específicas, como la necesidad de obtener el certificado de AESA de Nivel 1 y cumplir con limitaciones de altura y distancia horizontal.
Además de cumplir con la normativa, es fundamental volar con sentido común y responsabilidad. Esto implica volar en buenas condiciones meteorológicas, mantener la aeronave dentro del alcance visual y estar al tanto de las actualizaciones de la regulación.
En resumen, la Normativa de drones en España ha establecido requisitos claros y comunes para todos los operadores de drones en el país. Cumplir con estos requisitos y volar con responsabilidad es fundamental para garantizar la seguridad de las personas y del espacio aéreo.